Sin clemencia crímenes del México en el siglo XX

Notimex

Bajo la premisa de que los seres humanos somos complejos y que en ese rasgo radica el origen de comportamientos inusitados, la escritora Norma Lazo creó Sin clemencia, un muestrario de diversos crímenes que conmovieron a la sociedad mexicana durante el siglo XX.

En su texto, la autora deja claro que el odio, el deseo, la codicia, el desamor, la infidelidad, la avaricia y los celos juegan un papel casi tan protagónico como los personajes que los experimentan y que no hay forma alguna de saber cuándo entrara en escena “el asesino que todos llevamos dentro”.

Editado por Random House Mondadori, bajo su sello Grijalbo, el libro de Lazo está hecho a base de una serie de 29 relatos sobre crímenes y criminales tan fijos en la memoria colectiva de los mexicanos como Gregorio “Goyo” Cárdenas.

Con la de él, conviven otras historias de horror como las de las Poquianchis, Papá Lepe y la leyenda de la Banda del automóvil gris, que alertan de que cualquier persona, por “más normal que parezca”, puede convertirse en la cara opuesta de lo que representa.

Inspirado, reconstruido e imaginado a partir de información y numerosas notas publicadas en periódicos como La Prensa, El Universal, El Gráfico y El Nacional (ya extinto), entre otras fuentes, Sin clemencia sostiene que cualquiera puede despertar un día con el impulso de matar”.

Relatos como Jak, a la mexicana, Las Poquianchis, Porque odio a las mujeres señor, Treinta segundos de cólera, No te engañes corazón, El ogro de la colonia Roma y Los narcosatánicos, evidencian que hay tantos tipos de asesinos como seres humanos en el mundo.

Con un lenguaje certero, incisivo y libre de afectaciones, Sin clemencia ofrece en sus páginas, incontables referencias (abiertas y entreveradas) sobre la historia, política, economía y cinematografía nacionales.

Recuerda los encendidos episodios revolucionarios a principios del siglo XX, los contrastes entre las zonas rurales y las ciudades durante el cardenismo, la explosión de los ambientes urbanos, cabareteriles y de aspiración cosmopolita en el sexenio de Miguel Alemán, confirmando que “el instinto asesino” ha deambulado por todas las épocas.