Fuente: http://www.solonosotras.com/especiales/navimagos.htm
Los Reyes Magos, siguieron -según la tradición- la estrella de navidad hasta Belén, donde adoraron al niño Jesús recién nacido y le regalaron mirra, incienso y oro.
La historia aparece relatada a grandes rasgos en el capítulo dos del evangelio según San Mateo, pero la información que brinda es poco precisa, por lo que fue la tradición popular la que se encargó de treminar de darle forma a la historia que conocemos hoy en día.
En el evangelio no se especifican cuántos reyes magos eran, ni sus nombres, ni sus nacionalidades. La cantidad de tres se estableció de acuerdo al número de regalos que el Niño recibió, aparentemente al rededor del siglo IV. Sus nombres surgieron en un Códice de la Biblioteca de París, entre el siglo V y el siglo VII, tal y como los conocemos hoy: Melchor el anciano, Gaspar el joven y Baltasar, negro o moro con barba espesa. También están registrados en el Evangelio apócrifo de San Bartolomé.
Por otro lado, es durante el siglo VI que se les otorga el título de reyes, aunque otras fuentes indican que fue alrededor del siglo X. Sus nacionalidades o etnias fueron introducidas hasta el siglo XVI, edspués de haberlos identificado respectivamente con los hijos de Noe: Sem, Cam y Jafet. Así, se establece que Melchor, el anciano cano, simboliza los herederos de Jafet, esto es, los europeos, que ofrecen al Niño Dios un presente de oro que atestigua su realeza. El rubio y lampiño Gaspar representa a los semitas de Asia, descendientes, de Sem, cuyo bien más preciado es el incienso, que simboliza su divinidad. Por último, Baltasar, negro y con barba, se identifica con los hijos de Cam, los africanos, que entregan la mirra, en alusión a su pasión y resurrección (pues la mirra sería utilizada en la preparación del cuerpo para llevarlo a su lugar de descanso).
Asimismo, se cree que Los Magos eran una tribu que realizaba funciones sacerdotales en Persia, Babilonia y Asiria, y que de estos lugares provenían los Reyes Magos. Esta tribu se identificaba con gente versada en teología y astronomía, y en estudios en general.
A mediados del siglo VI de nuestra era, la Iglesia decretó que el 6 de enero se celebraría la Epifanía (del griego 'epifaneia': apariencia), es decir la revelación de Cristo a los gentiles como el Salvador y hoy en día los anglicanos, los católicos y los orientales lo festejan. Esta fecha se asocia con el bautizo de Jesús, las Bodas de Canaan (primer milagro de Cristo), y al principio con la Natividad, la cual fue después trasladada al 25 de diciembre. Entonces, de esta forma se estableció el 6 de enero como el día de los Reyes Magos, momento en que "el mundo" representado por los tres sabios reconoció el nacimiento del Salvador.
La estrella de Navidad que guió, según la Biblia a los tres Reyes, hasta el pesebre en Belén, donde había nacido el Niño, se ha explicado de diferentes maneras, pero la idea más convincente es la que Johannes Keppler desarrolló en 1606, según la cual el astro en realidad fue una conjunción de la Tierra con Saturno y Júpiter, con el sol en la casa de Piscis, aunque sobra decir que para la Iglesia se trata de la luz divina que los guió, hasta el milagroso nacimiento.
La tradición de celebrar esta fecha con juguetes para los niños se inició en el siglo XIX, pues antes Gaspar proveía de golosinas, requesón, miel o frutos secos; Melchor era más práctico y cargaba con ropa o zapatos, mientras que Baltasar era el encargado de castigar a los niños que habían sido malos durante el año con carbón, leña o piedras (en la actualidad fabricados con azúcar). La tradición de los juguetes sigue muy viva en España, México, Perú, Paraguay o ciertas zonas de la República Dominicana y de Centroamérica.
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